El equilibrio entre la vida profesional y los deportes de resistencia es todo un arte. Muchos empresarios y ejecutivos han encontrado en el triatlón, especialmente en distancias como el Ironman 70.3, una manera de canalizar su energía y superarse fuera del ámbito laboral. Pero el verdadero reto no es solo cruzar la meta, sino hacerlo mientras gestionas una agenda exigente, tomas decisiones importantes y lideras equipos.

La pregunta es: ¿cómo puedes optimizar tu tiempo y rendimiento para alcanzar estos dos objetivos tan demandantes?

La clave: Consistencia por encima de volumen

Como empresario, probablemente ya lo has escuchado antes: no se trata de trabajar más horas, sino de trabajar mejor. Lo mismo aplica en el triatlón. Muchos creen que para ser un Ironman hay que entrenar interminables horas a la semana. Y sí, hay que entrenar, pero la realidad es que la consistencia, no la cantidad, es lo que marcará la diferencia. La clave está en hacer del entrenamiento parte de tu día a día, tal como harías con una reunión importante o una presentación. Entrenar de manera constante, aunque sea en sesiones más cortas, asegura que te mantengas enfocado sin sacrificar otros aspectos de tu vida.

Optimiza tu semana con entrenamientos de calidad. Si solo puedes dedicar 8-10 horas, que esas horas cuenten. Sesiones en el rodillo para el ciclismo, entrenamientos de carrera con intervalos, y natación con técnica son perfectos para maximizar resultados en tiempos cortos.

Sé eficiente en todo, incluso al entrenar

Como empresario, la eficiencia está en tu ADN. Sabes que la optimización de recursos es lo que lleva al éxito en los negocios. Entonces, ¿por qué no aplicar ese mismo principio en el deporte? ¿Qué puedes hacer para ser más eficiente en tus entrenamientos?

Empieza por eliminar distracciones. Si vas a entrenar, entrena. Desconéctate. Usa el conocimiento de expertos para planificar tus sesiones de forma estratégica y adaptada a tus objetivos, en nuestro caso utilizamos herramientas como el TrainingPeaks. Además, considera el entrenamiento cruzado. Si tienes una reunión de 30 minutos, tal vez puedas hacer una corta sesión de estiramiento o fortalecimiento muscular. Recuerda que el Ironman no es solo sobre resistencia; la fuerza y flexibilidad juegan un papel clave en tu rendimiento.

Gestiona tu energía, no solo tu tiempo

Aquí es donde el triatlón y los negocios se entrelazan de manera perfecta. Así como gestionas los recursos en tu empresa, también debes gestionar tu energía como atleta. Un Ironman no se gana solo con horas de entrenamiento, se gana con una gestión eficiente de tu energía, tanto física como mental.

¿Cuántas veces te has sentido agotado después de una jornada laboral larga y aún así te fuerzas a entrenar? Es aquí donde entra el concepto de “durabilidad”. No solo es importante tener un motor (VO2 máximo) o un gran tanque de energía o FTP, sino ser capaz de gestionar la fatiga de manera inteligente. Escucha a tu cuerpo. No todas las sesiones tienen que ser a tope; aprender cuándo presionar y cuándo recuperar es esencial para progresar.

Establece metas claras y específicas

Como en los negocios, en el triatlón necesitas objetivos claros. No se trata de entrenar por entrenar, sino de saber exactamente qué quieres lograr y cómo cada sesión te acerca a esa meta. ¿Es mejorar tu tiempo en el maratón del Ironman? ¿Es mantener un ritmo estable en la bicicleta? O, tal vez, ¿lograr una mejor eficiencia nadando?

Una vez que tengas esos objetivos, diseña tu plan de acción. Prioriza lo que realmente te va a dar los mejores resultados. Al igual que un empresario no se dispersa en tareas secundarias, tú tampoco deberías hacerlo en tu preparación. Cada sesión tiene un propósito.

El descanso es productividad

Este punto es quizás uno de los más difíciles de aceptar para alguien acostumbrado a estar siempre “en modo productivo”. Pero en el triatlón, como en los negocios, el descanso es parte del rendimiento. A veces, tomarse un día libre o reducir la carga de trabajo no solo es recomendable, sino necesario para seguir mejorando.

Dormir bien, tomar pausas activas, y tener tiempo de calidad para ti mismo fuera de los entrenamientos y el trabajo son parte fundamental de un buen rendimiento. Un cuerpo descansado rinde más, tanto en la oficina como en la competición.

La mentalidad lo es todo

Por último, pero no menos importante: tu mentalidad. Como empresario, sabes lo que es enfrentar desafíos, la presión, la incertidumbre. El Ironman no es diferente. Se necesita una gran fortaleza mental para mantenerse en el camino y no dejarse vencer por la fatiga o el agotamiento.

La disciplina y la capacidad de superar obstáculos son tus mejores aliados. En los momentos difíciles, cuando la meta parece lejana o cuando las cosas no salen como esperabas, es tu mentalidad la que te ayudará a seguir adelante.

Conclusión: Enamórate del proceso

Al final del día, lo que importa no es solo cruzar la línea de meta en el Ironman o cerrar un gran trato en tu empresa. Lo que realmente importa es el proceso. Cada sesión de entrenamiento, cada pequeña victoria diaria es lo que te lleva a alcanzar tu mejor versión, tanto en el deporte como en la vida profesional.

Así que, empresario, Ironman en formación, enamórate del proceso. Encuentra la misma pasión que pones en tus negocios en cada brazada, cada pedalada, cada paso. Optimiza tu tiempo, pero nunca olvides disfrutar el viaje. Porque, al final, el verdadero éxito está en el camino, no solo en la meta.

Y OJO, esto aplica para cualquier disciplina o deporte de endurance, mismos conceptos, misma misión.

Pablo Vallejo – Head Coach
BET Human Performance